Las algas son muy prometedoras para la medicina regenerativa y la carne cultivada en laboratorio, y podrían evitar que los animales sean sometidos a pruebas tortuosas, afirmaron investigadores australianos.
El tiempo que tarda en crecer piel nueva en las víctimas de quemaduras podría reducirse significativamente gracias a un nuevo método de cultivo de células utilizando algas desarrollado por investigadores de la Universidad de Queensland.
La Dra. Melanie Oy y su equipo del Instituto de Biología Molecular de la Universidad de Queensland combinaron un nuevo tipo de alga de Queensland, Chlorella BDH-1, con células de mamíferos para mejorar el proceso de crecimiento de las células de los tejidos.
«Nuestro trabajo demuestra que las células musculares cocultivadas con algas crecen más rápido, viven más y requieren menos suplementos costosos. Las algas actúan como pequeños sistemas de soporte vital que pueden resolver múltiples problemas a la vez», afirmó el Dr. Oh.
La investigación podría beneficiar a la ingeniería de tejidos y la medicina regenerativa al acelerar el crecimiento de tejidos 3D e injertos de piel.
En cultivos celulares, los investigadores observaron un aumento de más del 80 % en el crecimiento celular, una triplicación del número de células utilizables y cultivos celulares que mantuvieron su viabilidad durante más tiempo. También redujeron la necesidad de células animales en un 50 %.
El método también podría encontrar aplicaciones en otras áreas, como por ejemplo en el cultivo más rentable de carne cultivada en laboratorio.
El organismo de control alimentario de Australia, Food Standards Australia New Zealand, aprobó recientemente la venta de carne cultivada en laboratorio o cultivada con células (es decir, cultivada o multiplicada por células animales individuales), pero el costo sigue siendo una barrera.
Las poblaciones en crecimiento requieren más proteína, pero es el macronutriente más caro, y cultivar carne en un laboratorio también es costoso, principalmente debido a los nutrientes y el oxígeno que necesitan las células, así como a los desechos que producen. Nuestra investigación podría convertir la carne cultivada en laboratorio en una fuente de proteína alternativa sostenible, asequible y éticamente aceptable, afirmó el Dr. Oh.
Otras aplicaciones del alga Chlorella BDH-1 en cultivo celular incluyen:
- el cultivo de organoides (masas de células cultivadas artificialmente que se asemejan a un órgano) para su uso en pruebas de medicamentos, eliminando la necesidad de realizar pruebas con animales.
- fabricación farmacéutica con empresas capaces de cultivar y probar células de manera más eficiente, con menos gastos generales y menos recursos.
El Dr. Oh señaló que se eligió el alga Chlorella BDH-1 porque no consume glucosa y no compite con las células de mamíferos por el alimento.
Produce oxígeno de forma natural y elimina desechos, creando un entorno más favorable para el desarrollo de las células musculares.
En el cuerpo humano, la sangre transporta oxígeno y elimina desechos, pero en un laboratorio no existe tal sistema. Al añadir algas, creamos esencialmente una minisimbiosis o interacción mutuamente beneficiosa, en la que las algas suministran oxígeno y eliminan desechos, lo que favorece el crecimiento celular. Es una idea sencilla con un enorme potencial. Al colaborar con la naturaleza, utilizando algas para mejorar el entorno celular, hemos creado una forma escalable de fomentar cultivos celulares más sanos, duraderos y eficientes, señaló el investigador.
El trabajo científico fue publicado en la revista Biotechnology Journal .
Fuente: Universidad de Queensland.
