Una «plaga» de caracoles africanos gigantes que representan riesgos potenciales para la salud de los humanos está causando alarma en Venezuela, donde las lluvias sostenidas han facilitado su proliferación.
Las primeras colonias del caracol subsahariano Achatina fulica fueron descubiertas a principios de noviembre a orillas del lago de Maracaibo, en el occidente de Venezuela.
Desde entonces, se han encontrado más caracoles en las zonas agrícolas de la región, así como en el vecino estado Táchira.
«Se han verificado sitios específicos… donde se recolectan aproximadamente entre 350 y 400 caracoles por día», dijo a la AFP Rafael Ramírez, alcalde de la ciudad de Maracaibo.
Dijo que las autoridades estaban trabajando duro para combatir los caracoles.
El caracol gigante africano se considera una especie invasora debido a su capacidad reproductiva (hasta 600 huevos cada dos semanas) y su vida útil relativamente larga de seis años en promedio.
Puede ser devastador para los cultivos y también transporta parásitos que pueden causar meningitis, encefalitis y trastornos intestinales en humanos.
El caracol ha estado presente en Venezuela desde 1997 con la última plaga detectada en 2017 aunque en menor cantidad, dijo José Sandoval, director de vida silvestre de la ONG Azul Ambientalista.
“Esto va a ser imparable porque son grandes y ya adultos: ya pusieron huevos”, dijo Sandoval.
“Estamos ante una invasión, una plaga , por lo que es difícil erradicarlos cuando alcanzan estos números, pero se pueden controlar”.
Sandoval llevó a la AFP a una misión de erradicación en Maracaibo en la que recolectó 437 caracoles en apenas dos horas.
Dijo que la prolongada temporada de lluvias era la culpable de la reaparición y rápida reproducción de los caracoles.
“Se quedarán hasta marzo, dañarán cultivos… son voraces”, agregó.