2023 ha sido declarado Año Internacional del Mijo por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Reconocer el mijo es reconocer la enorme contribución que este cultivo puede hacer a los sistemas alimentarios africanos y mundiales. Para África, el Año Internacional del Mijo actúa como punto de referencia para acelerar la simbiosis y la participación de las partes interesadas en la cadena de valor de los cultivos, para catalizar proyectos e iniciativas que contribuyan a la producción y el consumo mundiales del cultivo.
AgroXXI.ru ha visto un artículo publicado en Food For Mzansi, escrito por Hamond Motsi, estudiante de doctorado en el Departamento de Ciencias Agrícolas de la Universidad de Stellenbosch, la Dra. Ethel Phiri, profesora del Departamento de Agronomía de la Universidad de Stellenbosch, y Mosima Mabitsela, estudiante de doctorado en la Universidad de Stellenbosch, destacando el creciente interés global en el grano de mijo y los beneficios de producir este cultivo en África: “El nivel de interés de las personas en los alimentos que consumen, incluyendo su fuente, método de preparación y valor nutricional valor, ha aumentado significativamente en los últimos años. La principal fuerza impulsora ha sido el rápido aumento de la prevalencia de enfermedades crónicas, alergias y otras enfermedades difíciles de tratar.
Los sistemas alimentarios tradicionales están dominados principalmente por diez cultivos básicos, principalmente maíz, trigo y arroz. Su producción se caracteriza por monocultivos asociados al uso activo de agroquímicos para combatir plagas, malezas y enfermedades, que los ambientalistas asocian con un impacto negativo en la salud de las personas, el suelo y el medio ambiente. Sin embargo, estos monocultivos están sujetos a la influencia del clima y la geopolítica, por lo que recientemente se ha intensificado la búsqueda de cultivos locales alternativos que permitan que la producción de alimentos sea menos dependiente de estos factores.
Así, África produce anualmente alrededor de 11,3 millones de toneladas de mijo, cultivadas en 18,5 millones de hectáreas, lo que representa el 49% de la superficie mundial de mijo. Aproximadamente 500 millones de personas en el continente dependen del mijo, y los mayores países productores son Nigeria (que produce el 40% del total de cereales del continente), Sudán, Níger, Malí, Senegal, Etiopía y Burkina Faso. En particular, el cultivo de mijo por parte de pequeños agricultores ayuda a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, cuyo objetivo es poner fin al hambre mediante la mejora de la seguridad alimentaria y una nutrición adecuada, y la erradicación de la pobreza.
El mijo es originario del continente africano; sin embargo, al igual que otros cultivos africanos locales, sufrió la misma suerte: pérdida de mercado debido a la importación de los principales cultivos que dominan el mercado mundial. Sin embargo, todavía se utiliza en África como alimento y bebida.
De las muchas variedades, el mijo perla y el mijo africano son las que más se cultivan y consumen en África.
En términos de valor nutricional y para la salud, el mijo es un depósito de nutrientes y beneficios para la salud superiores a los de los principales cultivos. El mijo contiene una cantidad significativa de carbohidratos (67-67,5 g/100 g), que se componen principalmente de amilopectina y amilasa.
El contenido de proteínas oscila entre 7 y 11 g/100 g, que es mucho mayor que el contenido de proteínas del maíz, el arroz y la cebada; en particular, el mijo africano contiene entre un 8 y un 60 % de proteína bruta. La fibra dietética es de aproximadamente 8-9 g/100 g.
El mijo también contiene cantidades importantes de minerales como cobre, zinc, hierro, manganeso, sodio, magnesio, potasio y numerosas vitaminas. Teniendo en cuenta estos beneficios nutricionales, el grano de mijo fortalece el sistema inmunológico. Por ejemplo, un alto contenido de fibra dietética ayuda a digerir los alimentos, previene el estreñimiento y puede actuar como prebiótico, lo cual es fundamental para estabilizar y mantener el entorno microbiano intestinal.
Minerales como el hierro juegan un papel importante en la lucha contra la anemia, mientras que el zinc y el ácido fólico se recomiendan para mujeres embarazadas. Además, el calcio es necesario para fortalecer huesos y dientes. Otras enfermedades crónicas comunes que el mijo puede prevenir son la diabetes y el cáncer.
Para África, la ventaja del mijo es que es adecuado para crecer en condiciones desfavorables que no son adecuadas para los cultivos de cereales básicos.
Una de las características clave de las especies de mijo es la resistencia a la sequía. Las plantas de mijo pueden permanecer inactivas durante una sequía prolongada y reanudar su crecimiento después de un período de estrés hídrico.
La capacidad del mijo para resistir las deficiencias de agua y nitrógeno, así como para tolerar la salinidad y la sequía, lo convierte en un cultivo ideal para los agricultores de las regiones áridas. Otros beneficios agronómicos del pasto varilla incluyen la integración en sistemas de cultivos intercalados y de rotación de cultivos, temporadas de crecimiento cortas y resistencia a plagas y enfermedades.
Qué hacer a continuación. Es necesario seguir trabajando para educar a la gente sobre los beneficios del mijo para la salud y desarrollar nuevas formulaciones a base de mijo. Un procesamiento similar al de los principales cultivos permitirá que el mijo perla se promueva más activamente en los mercados globales.
La investigación y el mejoramiento pueden desbloquear todo el potencial del cultivo de mijo, incluso mediante la creación de nuevas variedades que se adapten bien a regiones específicas de África. En conclusión, el Año Internacional del Mijo 2023 presentó una oportunidad prometedora para que África cambiara las reglas del juego al abordar los desafíos de la seguridad alimentaria en el contexto del cambio climático, preservando al mismo tiempo el importante patrimonio cultural y agronómico del continente africano”.
(Fuente: www.foodformzansi.co.za. Autores: Hamond Motsi – Estudiante de doctorado en el Departamento de Ciencias Agrícolas de la Universidad de Stellenbosch, Dra. Ethel Phiri – Profesora del Departamento de Agronomía de la Universidad de Stellenbosch, Mosima Mabitsela – Estudiante de doctorado, Universidad de Stellenbosch (Fotos de fuentes abiertas).