El transporte de azúcares afecta la resistencia del ajo a la infección por hongos.
En su trabajo en el marco del proyecto del centro científico de clase mundial “Agrotecnologías del futuro”, los científicos del Centro Federal de Investigación “Fundamentos fundamentales de la biotecnología” de la Academia de Ciencias de Rusia estudiaron los genes de la planta y llegaron a conclusiones interesantes. .
Como saben, las plantas sintetizan glucosa en la luz, a partir de la cual se forman posteriormente fructosa, sacarosa y almidón. Estas moléculas no se acumulan en las hojas, sino que suelen trasladarse a estructuras de almacenamiento oa aquellos órganos que más necesitan energía: flores, frutos, raíces, semillas. Hasta la fecha, los científicos conocen tres familias de proteínas que transportan azúcares por toda la planta. Uno de ellos es la familia SWEET.
Científicos del Centro Federal de Investigación de Biotecnología de la Academia Rusa de Ciencias investigaron el genoma del ajo y encontraron 27 secuencias que corresponden a los genes SWEET conocidos en otras plantas. Estas moléculas transportan grandes cantidades de azúcares solubles, que son esenciales no solo para la floración y el crecimiento de las plantas, sino también para combatir infecciones fúngicas y adaptarse a sequías, altas y bajas temperaturas.
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– El ajo tiene un sistema de transporte de carbohidratos bien desarrollado, pero hasta ahora ha permanecido sin explorar. Gracias a los programas de bioinformática, hemos confirmado que todas las proteínas codificadas por los genes detectados están involucradas en el transporte de azúcares y son similares a las proteínas SWEET en tomate y Arabidopsis, plantas modelo bien estudiadas, – dijo el autor del estudio, Investigador Principal en el Centro Federal de Investigación de Biotecnología RAS, Candidato de Ciencias Biológicas Mikhail Filyushin .
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Para determinar cuáles de las 27 secuencias identificadas están implicadas en la defensa del ajo frente a infecciones fúngicas, los autores del estudio compararon la actividad de estos genes en plantas de dos variedades. El primero era resistente a la infección por un hongo ( Fusarium proliferatum , el agente causante de la pudrición por Fusarium), mientras que el segundo, sensible, desarrolló una infección en presencia del patógeno, provocando la pudrición de raíces y bulbos. Resultó que, en respuesta al impacto del patógeno fúngico, ambas variedades aumentaron la actividad de seis genes SWEET diferentes. Al mismo tiempo, el cultivar resistente a Fusarium se caracterizó por una reacción significativamente más activa a la infección fúngica.
“Esto indica que los genes de la familia SWEET ayudan a la planta a defenderse de los patógenos, lo que significa que los datos obtenidos pueden usarse para crear nuevas variedades de ajo con mayor resistencia a las enfermedades”, explicó Mikhail Filyushin.
Los resultados del estudio se publican en el International Journal of Molecular Sciences.
(Fuente: servicio de prensa del Centro Nacional de Tecnologías Agropecuarias del Futuro).