¿Cuáles son los efectos de pulverizar ácidos jasmónico y salicílico en tomates de invernadero?


La industria del tomate de invernadero continúa ganando impulso a medida que este método permite obtener rendimientos de tomate más sostenibles para el consumo humano.

Al mismo tiempo, además del uso de agroquímicos, se mejoran los métodos de protección de los tomates de invernadero y se descubren efectos nuevos e inesperados.


El ácido jasmónico es conocido por su papel en la modulación de la actividad de defensa y crecimiento de las plantas de tomate. El mecanismo de protección se debe a cambios en la acumulación de hormonas y reacciones estomáticas específicas de las condiciones de estrés. Según las investigaciones, el ácido jasmónico se acumula específicamente en las plantas de tomate en condiciones de mucha luz, típicas de la producción en invernadero. Además de influir en la respuesta estomática, el uso de ácido jasmónico o su derivado volátil jasmonato de metilo ayuda a fortalecer el sistema radicular cuando estas sustancias, al entrar a través de los estomas, son transportadas desde las hojas hasta las raíces, donde también ejercen funciones protectoras y de crecimiento. promoviendo reacciones.

Otra estrategia bien conocida es rociar las hojas de los tomates con una solución que contenga un alto contenido de ácido salicílico, ya que la aplicación de ácido salicílico puede inducir químicamente una mayor tolerancia al estrés de las plantas de tomate. El mismo método se utiliza para aumentar la concentración de los elementos nitrógeno, fósforo y potasio en las hojas y en la superficie de las hojas con el fin de aumentar el rendimiento, generalmente con un intervalo de 8 días, ya que el contenido de ácido salicílico ya se reduce dos días después del tratamiento. . 

Un nuevo estudio realizado por científicos holandeses se centró específicamente en los mecanismos protectores de estos dos tratamientos como parte del innovador programa “New Way of Doing Plant Health” y demostró que el uso de ácido jasmónico en los tomates proporciona una mayor resistencia a las plantas y una mejor calidad, incluso debido a la relación con los microorganismos de la raíz, informa Glastuinbouw Nederland en un comunicado.

La resistencia de las plantas, los microorganismos alrededor de las raíces (microbioma) y los componentes de las plantas (metaboloma) están interrelacionados. Cuando un elemento cambia, los otros dos suelen cambiar también. Al comienzo del proyecto, se supuso que existían patrones en la composición de los componentes de las plantas y el microbioma asociados con una mayor resistencia de las plantas.

Los estudios se llevaron a cabo en tomate y patata. Ambos cultivos pertenecen a la familia de las solanáceas. Esta familia de plantas contiene sustancias vegetales especiales (alcaloides) que intervienen en la defensa. Durante el estudio, concretamente se cultivaron tomates en dos sustratos diferentes: sustrato de coco y lana de roca. Se llevaron a cabo tres experimentos.

Los resultados muestran que el ácido jasmónico aumenta la resistencia a los trips ( Frankliniella occidentalis ) en tomates y el ácido salicílico aumenta la resistencia al mildiú. Sin embargo, resultó que a medida que aumenta la resistencia a los trips, disminuye la resistencia al mildiú y viceversa. Esto sugiere que se requiere más investigación para desarrollar programas óptimos de protección biológica para tomates de invernadero. 

Según Glastuinbouw Nederland.