El rendimiento de la soja depende de la fertilidad profunda del suelo y de un administrador agrícola inteligente


El suelo “almacena” en su memoria aquellos sistemas de control que una persona ha designado y le paga con una cosecha grande o pequeña mutuamente.


Las características de la agricultura moderna de soja fueron discutidas durante el seminario brasileño, que tuvo lugar el pasado viernes 31 de marzo en el complejo de exposiciones Parecis SuperAgro, según un comunicado posterior al evento.

La corrección de nutrientes del perfil del suelo es directamente proporcional a la productividad del campo de soja. Un estudio del Comité Estratégico de Soja Brasil (Cesb) muestra que a una profundidad de corrección de 50 centímetros, el rendimiento promedio es de 56,3 sacos de soja por hectárea, mientras que a una profundidad de corrección de dos metros promedia 85,6 sacos por hectárea.

Los datos fueron presentados por Breno Araujo, miembro del comité estratégico de Soja Brasil (Cesb) y gerente de granos de Rehagro, durante una conferencia el viernes pasado en Parecis SuperAgro.

“Durante los últimos 15 años, hemos visto que los altos rendimientos de soja provienen de invertir en la calidad del suelo. Incluso puede ser un suelo pobre, pero se puede convertir en suelo fértil con la ayuda de métodos correctivos y de manejo”, dijo Araujo.

El suelo almacena en su “memoria” las consecuencias del sistema de gestión.

“Ya no consideramos la profundidad de cero a 20 cm como una capa de diagnóstico. En la actualidad, es necesario evaluar la fertilidad del suelo de 40 a 60 cm, ya que la raíz de la soja alcanza una profundidad de 2 a 3 metros”, explica.

Araujo destaca la necesidad de cuidar el ambiente de siembra para lograr altos rendimientos: “Tener cultivos de cobertura para mantener el suelo caliente, asegurar un buen tratamiento de semillas, usar biológicos en el surco para minimizar el impacto de plagas y enfermedades, control de malezas y medidas preventivas: todo esto revela todo el rendimiento potencial del cultivo”.

Vinicius Menegas, consultor y abanderado de los cultivos de soja en el estado de Mato Grosso, sumó el factor humano a las recetas del éxito. “Hoy, los empresarios de agronegocios están invirtiendo en equipos capacitados y fuertes que sepan cómo tomar decisiones, como el abastecimiento de insumos y semillas, y así mejorar la calidad de los cultivos. Estas personas tienen un cierto “estilo de granjero” que les permite navegar en el mar de ofertas y elegir lo mejor.

Breno Araujo coincide: “La gestión del campo se basa en tres pilares: técnico, operativo y de liderazgo. La explotación está dirigida por personas, sus decisiones acertadas se traducen en productividad y, lógicamente, en rentabilidad”.

(Fuente: www.parecissuperagro.com.br).