Un estudio analiza los riesgos de reemplazar sistemas tradicionales por producción industrial
Redacción Mundo Agropecuario
Un nuevo análisis académico examina cómo la expansión de la ganadería intensiva —también conocida como factory farming— podría alterar profundamente los sistemas pastoriles que han sostenido a millones de personas en África subsahariana durante siglos. La investigación destaca que la ganadería pastoral, donde bovinos, cabras y ovejas pastan en libertad en extensas praderas, no solo constituye un modo de producción ancestral, sino una forma de vida estrechamente vinculada a identidades culturales y economías locales.
El trabajo advierte que el avance de las granjas industriales, impulsado por bancos de desarrollo, políticas estatales y presiones del mercado, corre el riesgo de desplazar un sistema productivo que, pese a sus desafíos, sigue siendo fundamental para la seguridad alimentaria y la resiliencia climática en amplias zonas del continente.
Un modo de vida que ha perdurado por milenios
Según la investigación, el pastoreo móvil o semi-móvil ha sido la columna vertebral de la producción ganadera desde tiempos inmemoriales en la región. Este sistema permite a los rebaños moverse libremente, aprovechar pastizales naturales y ajustarse mejor a variaciones climáticas y ambientales. Esta movilidad constituye una estrategia adaptativa esencial en zonas donde las sequías, la variabilidad climática y la escasez de recursos hídricos son características dominantes.
Los autores del estudio destacan que la ganadería pastoral, además de ser una práctica agroecológica, es un sistema económico flexible que protege a las comunidades de shocks externos y ofrece una red de sustento basada en conocimientos tradicionales.
El impulso hacia la ganadería industrial
El artículo señala que, en años recientes, entidades financieras internacionales y gobiernos han empezado a promover modelos industriales de producción animal, bajo el argumento de que ofrecen mayor eficiencia, productividad constante y mejor integración a cadenas globales de valor. Sin embargo, el estudio plantea que esta visión excluye los costos sociales y ambientales asociados a la intensificación, como:
- aumento en el uso de insumos externos,
- dependencia de alimentos balanceados importados,
- generación de residuos concentrados,
- mayor riesgo de enfermedades zoonóticas asociadas a alta densidad animal,
- pérdida de biodiversidad local y degradación de ecosistemas cercanos.
Los investigadores sostienen que estos factores pueden comprometer la sostenibilidad a largo plazo y generar vulnerabilidades nuevas en economías rurales que ya enfrentan condiciones adversas.
Impacto socioeconómico sobre comunidades pastoriles
Uno de los puntos centrales del análisis es que el reemplazo de sistemas pastoriles por modelos industriales podría profundizar desigualdades existentes. Las granjas intensivas suelen requerir grandes inversiones de capital, acceso a infraestructura, cadenas de suministro estables y un mercado formalizado, elementos que muchas comunidades rurales no poseen.
El estudio advierte que la transición forzada hacia sistemas industriales podría marginar a pequeños productores, desplazar conocimientos tradicionales y vulnerar la seguridad alimentaria local. Además, podría limitar la capacidad de las familias pastorales para gestionar sus rebaños de forma autónoma, lo que aumentaría su dependencia de insumos externos y agentes privados.
¿Ganadería intensiva como solución? Una visión más compleja
Aunque los promotores de la ganadería industrial argumentan que este modelo permite abastecer de forma más constante a centros urbanos en expansión, los autores del estudio señalan que esta narrativa simplifica la complejidad de los sistemas ganaderos africanos. La agricultura y la ganadería pastoril en la región han evolucionado durante siglos para ajustarse a ecosistemas dinámicos, donde la movilidad y la gestión comunitaria son claves para asegurar la producción.
El análisis sugiere que la eficiencia medida únicamente en términos de volumen o productividad por hectárea no refleja adecuadamente la resiliencia, el conocimiento ecológico o el bienestar de las comunidades pastorales.
Defender y fortalecer un modelo que funciona
La investigación plantea que, en lugar de reemplazar la ganadería pastoral, las políticas públicas y organismos financieros deberían orientarse a fortalecerla mediante:
- inversiones en infraestructuras locales,
- protección de rutas tradicionales de pastoreo,
- mejoras en acceso a mercados,
- apoyo veterinario y sanitario adaptado a sistemas móviles,
- reconocimiento institucional del valor cultural y ecológico del pastoreo.
Según los autores, el futuro de la ganadería en África subsahariana no debe centrarse únicamente en imitar modelos industriales de otros continentes, sino en valorar la funcionalidad, adaptabilidad y resiliencia de los sistemas pastoriles que han perdurado durante milenios.
Una advertencia sobre el rumbo del desarrollo agrícola
El estudio concluye que la ganadería intensiva puede ofrecer beneficios puntuales, pero su expansión indiscriminada podría transformar —y en algunos casos deteriorar— sistemas productivos que han demostrado ser sostenibles y socialmente cohesionados. En contextos donde la vulnerabilidad climática es alta, las decisiones de desarrollo deben considerar no solo la productividad, sino también la estabilidad social, la autonomía comunitaria y la conservación del paisaje.
Referencias
https://phys.org/news/2025-12-factory-farming-africa-banks-good.html
