Un proyecto desarrolla el bambú como alimento


Una investigación de la Universidad Nacional (UNA) analiza científicamente las propiedades de los brotes de bambú y apuesta por su consumo en Costa Rica


UNA/DICYT ¿Ya probó los picadillos, ensaladas, sopas y dips que se preparan con bambú? Luego de cocinarlos, los brotes de bambú adquieren una textura crujiente, que los hace muy agradables al gusto y muy versátiles como ingrediente de ensaladas o de varios platos calientes. Si bien no son comunes en las mesas de los costarricenses, un proyecto de la Universidad Nacional (UNA) pretende introducirlos en nuestra dieta, como ya se hace en varios países asiáticos: China, Indonesia e India.

El proyecto Desarrollo productivo del bambú en Costa Rica, adscrito a la Escuela de Ciencias Ambientales de la UNA, pone a la venta brotes comestibles de bambú. Además de sus atributos conocidos (rico sabor, textura y versatilidad), los brotes de bambú son reconocidos como un súper alimento: bajos en grasas y colesterol, altos en fitoesteroles, contenido de fenoles y otros compuestos bioactivos, vitaminas como A, B, C y E, aminoácidos, minerales como potasio, sílice, manganeso, magnesio, y en fibra dietética. También, son bajos en calorías.

De acuerdo con Marilyn Rojas, coordinadora del proyecto, se pueden utilizar como acompañamiento o para fortificar otros alimentos. Sin embargo, algunos de los usos más comunes son en ensaladas, picadillos, sopas, encurtidos, cremas, pestos, dips y otros.

Este producto se ofrece en dos presentaciones: brotes enteros o brotes en trocitos, cada uno con un costo de 2500 colones la bolsa. Pero el proyecto también ofrece un artículo: pajillas de bambú, naturales y sostenibles, libres de sustancias químicas, que se puede utilizar tanto para bebidas frías como calientes; son reutilizables, y una vez terminada su vida útil, se desechan como un residuo orgánico o componente para hacer compostaje. El paquete de 7 cañas tiene un valor de 1500 colones.

Desarrollo productivo

Estas iniciativas forman parte de la elaboración de la cadena de subproductos del bambú que impulsa el proyecto la Escuela de Ciencias Ambientales, para implementar políticas que contribuyan a potenciar el desarrollo productivo y ambiental del sector forestal en el país.

Para este fin, se estableció una plantación en la finca Breña Mora, ubicada en San Isidro de Heredia, donde por una iniciativa de la Rectoría Adjunta y bajo la coordinación de la Vicerrectora de Extensión, se pretende activar la producción de bienes y servicios de bambú, entre ellos cañas para la construcción, plantas para siembra y vivero. “Tenemos en marcha cuatro proyectos con las Municipalidades de Quepos y Nicoya, la Escuela de Ciencias Agrarias y el Parque La Libertad”, precisó Rojas.

Asimismo, se trabaja con 25 productores orgánicos de Pérez Zeledón para la producción de brotes comestibles y, recientemente, la Red Mundial del Bambú y el Ratán, involucró a Costa Rica en un proyecto con República Dominicana, Cuba y Panamá, para fomentar una Red de investigación del bambú, donde también se incentiva la movilidad estudiantil y de académicos.

Milenario

Existen cientos de especies de bambú, a las cuales se les reconocen más de 1500 usos. El bambú es una fibra natural que se puede utilizar, de acuerdo con Rojas, para construir viviendas, crear artesanías, preparar alimentos y otros. La producción, industrialización, y comercialización del bambú, también conocido como el “acero vegetal” por su resistencia y flexibilidad, es un material sostenible útil y permitiría mejorar las condiciones de vida de muchas familias en distintas zonas del país, las que podría consolidar un desarrollo económico inclusivo, sostenible y en armonía con el ambiente.