Hace cerca de 3.500 años ya se consumían mijos y tubérculos en el Cuerno de África
UPF/DICYT En la actualidad, las tierras altas de Etiopía, ubicadas en el nordeste de África, albergan un variado conjunto de plantas domesticadas, incluyendo gramíneas como el tef, el mijo, el sorgo, y tubérculos como el ñame. Se ha postulado que su uso agrícola podría haber surgido en esta región de forma independiente. Sin embargo, hasta ahora no se habían descubierto pruebas arqueológicas directas de este proceso.
Un trabajo de investigación liderado por la UPF, y publicado recientemente en la revista PNAS, presenta los resultados del análisis de residuos microbotánicos (almidón y fitolitos) de piedras de moler recuperadas en dos yacimientos del noreste de Tigray (Etiopía), concretamente, los de Mezber y Ona Adi. En conjunto, ambos yacimientos abarcan un período que va desde los primeros indicios de agricultura en la región (hacia el 1.600 a.C.) hasta la caída del reino de Aksum (hacia el 700 d.C.).
Abel Ruiz-Giralt, miembro del Grupo Culture, Archaeology and Socio-Ecological Dynamics Research Group (CASEs) del Departamento de Humanidades de la UPF, lideró un equipo conformado por investigadores de CASEs (junto con Carla Lancelotti y Stefano Biagetti), así como de las universidades Simon Fraser (Canadá) y Aksum (Etiopía), en un estudio sobre los sistemas alimentarios de las sociedades pre-aksumita y aksumita.
Los autores recogieron residuos microbotánicos de 33 piedras de moler halladas en los dos yacimientos analizados. Clasificaron 2.008 gránulos de almidón, cuyos rasgos morfológicos pueden utilizarse para identificar el tipo de planta, y combinaron los resultados con el análisis de microfósiles vegetales de sílice, conocidos como fitolitos.
Los resultados mostraron que en el yacimiento de Mezber se utilizaban múltiples tipos de mijos desde su ocupación más temprana, alrededor del 1600 a.C. Del mismo modo, se han hallado evidencias de gramíneas del grupo C4 durante la ocupación más temprana del yacimiento de Ona Adi, en torno al 750 a.C., cuyo uso perdura hasta el abandono del asentamiento, hacia el año 700 de la era cristiana.
“En ambos yacimientos encontramos tubérculos comestibles, lo que sugiere que las poblaciones que los habitaron utilizaron tanto plantas domesticadas como silvestres como fuentes de alimento durante más de 2.000 años”, aseguran los investigadores. Y añaden: “Nuestros resultados demuestran las primeras evidencias del uso de mijos y tubérculos en el Cuerno de África, hace unos 3.500 años, es decir, más de 1.000 años antes de lo registrado anteriormente”.
Según el estudio arqueológico, estas primeras comunidades agropastoriles de las tierras altas de Etiopía presentaban economías mixtas y sistemas alimentarios complejos, que incluían cereales domesticados y silvestres, así como numerosos tubérculos y raíces. En cuanto a las plantas del grupo C4, los resultados apuntan a una explotación intensiva de especies silvestres desde mediados del segundo milenio a.C., que habría conducido finalmente al desarrollo de formas domesticadas, poco después del inicio de la era común.
Según los autores, estos datos suponen un avance importante para el conocimiento actual de las economías pre-aksumita y aksumita, y obliga a hacer un replanteamiento de la forma de definir los procesos culturales de domesticación en general: “Las pruebas encontradas respaldan la existencia de un sistema alimentario complejo, señalando una transición no lineal de la recolección a la producción de alimentos. Estos descubrimientos evidencian la necesidad de reconsiderar el fenómeno de la domesticación, construyendo narrativas múltiples y diferentes para cada región, fundamentadas en los nuevos hallazgos”, concluyen.