Los pronósticos agrometeorológicos de Nigeria incluirán mapas de brotes de dos plagas


El abejorro y el gusano cogollero, sus voraces larvas, son más peligrosas para el cultivo básico de Nigeria, el maíz, que la sequía y las inundaciones. Los científicos están ofreciendo a los agricultores del país mapas de riesgo de brotes agrometeorológicos de siete días basados ​​en datos de precipitaciones, temperatura y humedad.


Un nuevo estudio publicado en la revista Agriculture, Ecosystems & Environment muestra que plagas como el gusano cogollero ( Spodoptera frugiperda ) y el abejorroHolotrichia serrata ) podrían tener un impacto significativo en la producción de maíz en Nigeria en las próximas décadas.

Los investigadores, incluidos los del Centro Leibniz para la Investigación del Paisaje Agrícola (ZALF), han utilizado por primera vez el modelado de agroecosistemas para trazar un mapa exhaustivo de cómo varían los riesgos de plagas en diferentes condiciones climáticas y para evaluar económicamente las pérdidas de cultivos.

Las simulaciones, que abarcan el período de 2021 a 2100, se basan en proyecciones climáticas, el modelo de rendimiento de cultivos MONICA y factores ambientales como la temperatura y la humedad del suelo. 

Los resultados son la primera evaluación espacial de los impactos de las plagas en el África subsahariana y proporcionan una base fundamental para estrategias de gestión específicas y el desarrollo de sistemas de alerta temprana.

El maíz es un cultivo clave en Nigeria y es esencial para la seguridad alimentaria

Nuevas simulaciones espaciales muestran que las pérdidas de cultivos relacionadas con plagas podrían oscilar entre el 18% y el 75% en las próximas décadas, más graves de lo que se creía anteriormente. Esto representa una pérdida de entre 72 y 675 dólares por hectárea, lo que supone una carga importante para los pequeños agricultores de esas regiones, que normalmente viven en niveles de subsistencia y no tienen seguro.

“Nuestros modelos muestran que plagas como el gusano cogollero y las larvas pueden tener un mayor impacto en el rendimiento del maíz que los efectos directos del cambio climático, como las sequías y las inundaciones. Esto significa que las medidas preventivas y un mejor monitoreo son esenciales para garantizar la sostenibilidad del cultivo de maíz”, explica la Dra. Esther Shupel Ibrahim, autora principal del estudio. 

Los momentos óptimos de siembra también juegan un papel decisivo. Los modelos muestran que la siembra temprana aumenta las pérdidas, mientras que la siembra a mitad o al final de la temporada reduce los riesgos.

El estudio no sólo proporciona nuevos conocimientos sobre los riesgos para la producción de maíz, sino que también abre nuevas oportunidades: los datos obtenidos ayudarán a mejorar los sistemas de alerta temprana y a proporcionar apoyo específico a los agricultores.

Actualmente, muchos agricultores nigerianos no tienen acceso a pronósticos científicos sobre brotes de plagas y condiciones climáticas, y dependen en cambio del conocimiento tradicional. Las nuevas simulaciones pueden proporcionar mejores recomendaciones de siembra y un control preventivo de plagas que antes era difícil de lograr.

La investigación presenta mapas de riesgo de siete días que podrían cambiar las reglas del juego en el manejo de plagas. Estos mapas utilizan datos de precipitaciones, temperatura y humedad del suelo para predecir brotes de plagas, lo que permite aplicaciones de pesticidas más precisas y reduce las pulverizaciones innecesarias. Esto puede reducir costos, minimizar el daño ambiental y promover el manejo ecológico de plagas.

Para que los agricultores puedan beneficiarse de estos resultados, los investigadores dicen que la información debería difundirse a través de servicios de extensión agrícola, programas gubernamentales y organizaciones agrícolas locales. Las soluciones digitales como los sistemas de alerta por SMS, las aplicaciones agronómicas o la Internet de las cosas también pueden ayudar a enviar recomendaciones en tiempo real directamente a las granjas. A largo plazo, unos calendarios de siembra ajustados, unas prácticas de cultivo mejoradas y un seguimiento específico pueden reducir las pérdidas de cultivos y mejorar la seguridad alimentaria.

Los agricultores de Nigeria se enfrentan a múltiples desafíos, entre ellos el cambio climático, el crecimiento demográfico, los conflictos y la creciente prevalencia de plagas y enfermedades en los cultivos, todos los cuales amenazan la seguridad alimentaria. Muchos agricultores trabajan en condiciones difíciles, a menudo cultivando cultivos en suelos pobres y en climas variables.

En tales circunstancias, se necesitan herramientas científicas para ayudar a los agricultores a integrar la previsión de riesgos climáticos y la gestión de plagas en sus prácticas. Más allá de Nigeria, estos hallazgos también podrían beneficiar a otras regiones del África subsahariana con sistemas agrícolas similares dominados por pequeños productores.

Sin embargo, para que estas innovaciones tengan éxito, es necesario un cambio de percepción. Muchas comunidades no vinculan los problemas agrícolas relacionados con el clima con los factores ambientales. La sensibilización sobre el cambio climático, sus causas y la gestión sostenible de las plagas, junto con un mejor acceso a los sistemas de alerta temprana, pueden ayudar a integrar los conocimientos tradicionales con la ciencia moderna e informar el desarrollo de políticas para la adaptación climática y la seguridad alimentaria en el África subsahariana.

Fuente: Leibniz-Zentrum für Agrarlandschaftsforschung (ZALF) eV. Autor: Hendrik Schneider.

En la imagen se muestran los daños en las hojas de las plantas de maíz causados ​​por una plaga, probablemente el gusano cogollero (Spodoptera frugiperda). Estos daños pueden provocar importantes pérdidas de cultivos y representar una amenaza para la seguridad alimentaria. Fotografía de: Esther Shupel Ibrahim / ZALF.