Los sensores de comportamiento en jabalíes podrían ayudar a combatir la peste porcina africana


Quizás la innovación también sea útil para el desarrollo del sector de la cría de cerdos ecológicos, donde uno de los principales problemas sigue siendo la alta probabilidad de contacto de los cerdos domésticos con sus parientes salvajes cuando pastan en el bosque.


Los científicos del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal utilizaron sensores de comportamiento acoplados a jabalíes para detectar casos de peste porcina africana, una enfermedad viral mortal que afecta tanto a los jabalíes como a los cerdos domésticos. Los sensores acelerómetros, que miden cambios sutiles en el movimiento, han demostrado que los jabalíes reducen su actividad diaria hasta en un 20% cuando están infectados con el virus.

Los investigadores creen que estos sensores livianos son el camino hacia la creación de una herramienta mínimamente invasiva para la prevención y el control de la PPA. Aunque el virus no es transmisible a los humanos, la peste porcina africana representa una grave amenaza para la peste porcina africana mundial y tiene importantes impactos económicos y sociales. Esto obstaculiza, entre otras cosas, el desarrollo de la cría de cerdos ecológicos, que está estrechamente vinculada a la agrosilvicultura y al pastoreo de cerdos autóctonos. Es importante saber cuándo existe riesgo de que se produzca un brote de peste porcina africana, pero detectar la enfermedad en animales salvajes no es fácil.

Actualmente, las pruebas de peste porcina africana en jabalíes se llevan a cabo mediante la recolección de muestras de animales cazados o encontrados muertos, lo que genera un largo desfase entre la aparición de la enfermedad en la población y el momento en que realmente se detecta.

En un esfuerzo por cerrar la brecha, científicos de Alemania, España y Austria se han unido para ver si la tecnología de lectura del comportamiento puede usarse para detectar enfermedades tempranamente en los jabalíes. Sus resultados resaltan el potencial de los sensores acelerómetros como herramienta accesible que puede respaldar los enfoques existentes para la vigilancia y el control de la peste porcina africana.

“Este es un punto de inflexión en el seguimiento de las enfermedades de la vida silvestre. Hemos demostrado que un sensor de comportamiento ligero montado en un jabalí puede ser un sensor para alertar de posibles amenazas a la salud”, afirma Kevin Morell, primer autor del estudio y científico del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal. 

Los científicos colocaron etiquetas acelerómetros de 30 gramos en doce jabalíes, que estudiaron en condiciones controladas. Los verracos fueron infectados con peste porcina africana como parte de un estudio separado destinado a desarrollar una vacuna contra la enfermedad. Los acelerómetros, que son el equivalente a los podómetros, midieron los movimientos de los animales con una resolución ultraalta.

Las mediciones, llamadas Aceleración Corporal Dinámica Total, mostraron que los verracos enfermos eran entre un 10 y un 20% menos activos por día que los sanos. También se utilizaron comparaciones con un grupo de jabalíes sanos equipados con sensores para probar los hallazgos. 

Este estudio es el primero en demostrar que la peste porcina africana se puede detectar en una etapa temprana de la enfermedad en jabalíes midiendo y analizando el comportamiento locomotor de los animales. Los resultados pueden beneficiar a una amplia gama de partes interesadas involucradas en el control y la prevención de la peste porcina africana. Sin embargo, los autores dicen que todavía es necesario desarrollar un algoritmo para acelerómetros que pueda analizar datos de movimiento para evaluar las condiciones de salud en tiempo real, como cuando los animales están infectados con un virus.

“Esperamos que estos primeros resultados allanen el camino para que un sistema de comportamiento proporcione datos vitales sobre la propagación de enfermedades en la vida silvestre e implemente medidas de control oportunas para salvar a los animales domésticos y salvajes”, concluyó Morell. 

(Fuente: Sociedad Max Planck.)