La pesca es una de las principales actividades de las comunidades de la región
UNAL/DICYT Una investigación indica que peces pequeños de la cuenca amazónica podrían extinguirse entre 2050 y 2070. Las altas temperaturas y las precipitaciones esperadas para dicho periodo como consecuencia del cambio climático global serían las principales responsables de la disminución de estas especies en casi un 50 % en todo el mundo, especialmente en las áreas tropicales, y en concreto en la cuenca del río Amazonas.
El hallazgo es preocupante si se tiene en cuenta que la pesca es una de las principales actividades de las comunidades de la región, y su disminución impactaría la seguridad alimentaria, entre otros factores. En Leticia, capital del Amazonas, el consumo promedio anual de pescado es de 3.000 toneladas.
Además, no hay que perder de vista que los peces de agua dulce tienen una importante labor como reguladores de especies dañinas y bioindicadores de la calidad del agua, por lo que su desaparición generaría una grave afectación ecosistémica.
En su investigación “Análisis de la distribución de las especies de peces de agua dulce a diferentes escalas espaciales y temporales”, la bióloga Ana Milena Manjarrés, doctora en Estudios Amazónicos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Amazonia, indagó sobre cuáles eran las variables o los factores que podrían incidir en la distribución de los peces de agua dulce, teniendo en cuenta diferentes escalas espaciales y nivel de afectación.
Así mismo, hizo una proyección sobre cómo las condiciones actuales permitirían predecir qué especies estarían o no presentes entre 2050 y 2070.
“Se evidenció que las altas temperaturas y las precipitaciones esperadas para ese momento, como consecuencia del cambio climático global, serían las principales responsables de la disminución de estas especies en casi un 50 % en todo el mundo, especialmente en las áreas tropicales, en las cuales se encuentra la Amazonia”, indica la experta.
Urgen planes de acción
Su trabajo consistió en actualizar y analizar una base de datos con 16.825 especies de peces de agua dulce de todo el mundo; además incluyó variables ambientales y diferentes escalas espaciales y temporales para identificar cuáles son los factores con mayor impacto en la distribución de las especies.
“La principal fortaleza de la investigación es la estadística, ya que permite modelar el área de distribución de las especies estudiadas. La base de datos se consolidó con los registros de la Global Biodiversity Information Facility (GBIF), otras páginas web e información de museos, los cuales cuentan con un respaldo científico de la ubicación geográfica de los individuos analizados”, señala la doctora Manjarrés.
A través del software ModestR se analizaron 19 variables bioclimáticas como temperatura y precipitación, que ayudan a entender cómo funciona el ambiente. También se trabajaron otros factores como altitud, densidad de población humana, índice de vegetación y producción primaria, que aportaron al análisis.
Según las estimaciones, se espera que para los próximos años contemplados en previsiones para 2050 y 2070 desaparezcan por completo las áreas de distribución de casi la mitad de las especies de peces de agua dulce, que oscila entre el 45,3 y 46,7 %, independientemente del año y el escenario climático.
“En una de las especies que se observó la influencia de la variabilidad es el dormilón o taraira (Hoplias malabaricus,de la familia Erythrinidae). En la cuenca del Amazonas se documentó que la precipitación genera mayor impacto en las subcuencas de Bolivia”, señala la experta.
Explica además que “en extensiones pequeñas –conocidas como escala local– la temperatura sería la variable que más incidiría en la distribución de las especies, mientras que cuanto más amplia sea la extensión geográfica, mayor será la influencia de otros factores como la precipitación”.
Impacto en Leticia
Leticia es una ciudad en crecimiento en la zona limítrofe con Perú y Brasil, y la mayor parte del desembarque de peces proviene de Brasil. Entre las especies más destacadas están el pirarucú, sábalo, arenga, bocachico, pintadillo o gamitana, las cuales predominaron en los últimos años, dando así más sostenibilidad a la pesca de Leticia.
La investigación abre una puerta al foco de cuidado y conservación de las especies en peligro de extinción, pues son parte fundamental de la red alimenticia en los ecosistemas, que a su vez son la fuente de sostenibilidad y seguridad alimentaria de la región.
La bióloga Manjarrés señala que “es recomendable que en el país se fortalezcan las políticas institucionales para proteger no solo áreas, sino también diseñar estrategias en las que se establezcan acuerdos de pesca, entre otros programas, que permitan restaurar de forma natural las poblaciones, reducir el impacto en la explotación del recurso y mitigar un poco los efectos que se avecinan por el cambio climático”.
En la Amazonia colombiana se emplean distintas estrategias para la preservar y conservar los peces. La UNAL se caracteriza por la implementar proyectos y estrategias que apoyan a las comunidades con el cuidado y la vigilancia de los recursos. Por ejemplo, el Laboratorio de Limnología realiza acompañamientos a través del proyecto “Gobernanza ambiental de los pueblos tikuna, cocama y yagua del sistema lagunar y la quebrada Yahuarcaca (Leticia, Amazonas)”, en el que se capacita a la comunidad para cuidar la selva, el río y sus especies.