Científicos británicos estudiaron el cultivo de tomates utilizando granos de desecho.


Los residuos de construcción altamente reciclados, que normalmente terminan en vertederos después de la demolición, pueden servir bien para los tomates.


Los científicos de la Universidad de Portsmouth probaron el uso de desechos de construcción para cultivar tomates, dijo la institución en un comunicado. 

Los residuos de construcción, demolición y excavación normalmente se procesan a través de un gran tambor cilíndrico que separa los residuos por tamaño. El “cambio de bidón” suele acabar en un vertedero. 

Muhammad Ali, profesor asistente de materiales e innovación ambiental, organizó un experimento de 70 días para demostrar que mezclar abono con un 20% de granos finos proporciona suficientes nutrientes para el desarrollo y crecimiento de las raíces del tomate. El investigador explicó el objetivo de su trabajo: “Un informe gubernamental reciente encontró que el Reino Unido produce alrededor de 222 millones de toneladas de residuos cada año, y el 62% de ellos son residuos de construcción y demolición. Los finos en tambor tienen un tamaño inferior a 10 mm y están formados por pequeñas partículas de materiales inertes y orgánicos, como tierra, piedra triturada u hormigón, vidrio, metales, plásticos, madera y materiales aislantes. Actualmente no existe mercado para este material, pero existe la oportunidad de crearlo en beneficio de diversas industrias, como la agricultura”.

Luego, junto con sus colegas, el Dr. Ali creó bloques de tierra mezclando partes iguales de grano de construcción y tierra. Quedó satisfecho con la calidad: “Esto demuestra que los finos en tambor se pueden integrar en formulaciones de suelo para paisajismo y otros fines sin comprometer la integridad estructural. La investigación ayuda a reducir los residuos, promover una economía circular y destaca la notable versatilidad de este subproducto que a menudo se pasa por alto”. 

(Fuente: Universidad de Portsmouth.)