La agricultura regenerativa


Pedro Raúl Solórzano Peraza


I.-UNA OPCIÓN CONTROVERTIDA

Existe una profunda preocupación mundial por la necesidad de proteger el ambiente y recuperarlo cuando sea posible, para asegurar una vida sana a las generaciones futuras, para asegurar la supervivencia en el planeta. Una de las actividades más cuestionadas por su supuesto impacto ambiental negativo, es la agricultura convencional.

A esta agricultura tradicional, convencional o química como es denominada por algunas personas, heredada en algunas de sus prácticas desde hace más de cientos de años, se le cuestiona, entre otros aspectos, porque para esas personas es una actividad de altos costos energéticos, favorece la erosión del suelo, puede ser contaminante de fuentes de agua, ocurrir pérdida gradual de la productividad y ofrecer altos riesgos para la salud humana y la vida silvestre. Por supuesto, si se aplican las prácticas agrícolas racionalmente, esta agricultura convencional es amigable con el ambiente, su impacto negativo es mínimo y recuperable en periodos de tiempo relativamente cortos, y además, es una actividad indispensable para la alimentación de la humanidad.

En contraposición se promueve una agricultura alternativa, la cual está enfrentada con la química y otras tecnologías aplicadas en la agricultura convencional, incluyendo el uso de fertilizantes químicos sintéticos, herbicidas e insecticidas. Hoy en día, esta agricultura alternativa, orgánica o ecológica y vinculada a la Agricultura Regenerativa, es una opción controvertida porque su conceptuación permite que se manifiesten diversas opiniones, algunas veces armonizadas entre sí, pero otras veces contrapuestas. Hay quienes la defienden a ultranza, condenando a la agricultura convencional a desaparecer, pero no toman en cuenta que esa agricultura orgánica o ecológica no es capaz de satisfacer nuestras necesidades de alimentos, y menos aún, si se considera que cada día se incrementa, a una tasa increíblemente alta, el número de habitantes del mundo.

Por esas razones, una agricultura alternativa a la convencional tiene que tomar en cuenta la conservación y el mejoramiento del ambiente, la recuperación de los suelos degradados, pero además, debe ser rentable y  capaz de alcanzar elevados niveles de productividad.

El suelo es un componente importantísimo del ambiente en el cual se desarrollan los cultivos, muchos de esos suelos se han empobrecido por un uso inadecuado, y además, la necesidad derivada del incremento demográfico mundial ha llevado a incorporar a la producción agrícola suelos que en términos generales se denominan “marginales”, la mayoría de ellos muy pobres en su equilibrio de elementos nutritivos esenciales para las plantas. La fertilidad de estos suelos puede mejorarse a largo plazo, pero para lograrlo, y para que en el corto y mediano plazo se pueda obtener en ellos una producción agrícola rentable y de rendimientos aceptables, se requiere el concurso de los fertilizantes químicos sintéticos.

Gabe Brown, agricultor de Dakota del Norte en USA, pionero en la aplicación de la Agricultura Regenerativa, estableció cinco principios para la salud del suelo que es la base para este tipo de agricultura. Esos principios son:

1.-No labranza o mínima labranza

2.-Mantener el terreno cubierto

3.-Diversidad de especies de plantas y animales

4.-Dejar raíces vivas en el suelo tanto como sea posible

5.-Integración de animales en la producción agrícola

Todos esos principios se han estado aplicando por nuestros agricultores, cada uno en los sistemas suelo-planta-clima que lo permitan. Es el caso de la labranza cero o reducida, que mantiene el terreno cubierto y protegido contra la erosión. Esto es un ejemplo de la combinación de la agricultura convencional por el uso indispensable de herbicidas, con los principios de la agricultura regenerativa.

Uno de los grandes beneficios que ha encontrado Gabe Brown como resultado de la Agricultura Regenerativa ha sido un considerable aumento del contenido de materia orgánica de los suelos, incrementándose a más de 7%, con todas sus ventajas en cuanto a suministro de nutrientes y mejoramiento de las condiciones físicas y biológicas. Se debe tomar en cuenta que en nuestras condiciones tropicales es muy difícil logar incrementos significativos de la materia orgánica en suelos dedicados a la actividad agrícola. Este caso nos demuestra que es fundamental aplicar los principios y los resultados de la agricultura regenerativa, pero considerando la gran diferencia que puede llegar a existir en los sistemas suelo-planta clima del trópico, en comparación con los sistemas de zonas templadas donde hay un clima de cuatro estaciones cada año.

A pesar de los esfuerzos dedicados al desarrollo de lo que se ha denominado bio fertilizantes o fertilizantes orgánicos, y al mejoramiento de la fertilización biológica, una agricultura alternativa sustentable pero que al mismo tiempo sea capaz de sustentar a la población mundial, tiene que armonizar aspectos de la agricultura regenerativa, orgánica o ecológica con aspectos de la agricultura convencional, donde los fertilizantes químicos utilizados racionalmente juegan un papel indispensable.


Pedro Raúl Solórzano Peraza es colaborador destacado de Mundo Agropecuario

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