En una fascinante inmersión en el pasado, un equipo de investigadores del Instituto Boyce Thompson (BTI) y el USDA ha descubierto detalles intrigantes sobre los orígenes y la difusión de la calabaza de botella, uno de los cultivos domesticados más antiguos.
por el Instituto Boyce Thompson
Su investigación, publicada recientemente en New Phytologist , revela la diversificación genética y la historia de la población de esta planta de cáscara dura que las civilizaciones antiguas utilizaron para fabricar botellas, instrumentos y recipientes durante más de 10.000 años.
La calabaza de botella, conocida científicamente como Lagenaria siceraria, es una planta profundamente entrelazada con la civilización humana. Imagine una planta que viaja a través de océanos, se adapta a nuevos entornos y se convierte en un alimento básico en diversas culturas. Esa es la historia de la calabaza de botella.
El equipo de investigación generó un mapa completo de la variación del genoma de la calabaza, analizando los genomas de 197 variedades de todo el mundo. Este modelo genético reveló información sobre la domesticación de la planta en el sur de África hace unos 12.000 años y su posterior expansión a América y Eurasia.
«Nuestra investigación no sólo traza el recorrido genético de la calabaza de botella, sino que también abre nuevas vías para comprender la domesticación y distribución de las plantas», dijo Xuebo Zhao, científico postdoctoral en BTI y coprimer autor del estudio.
Los análisis demográficos realizados por los investigadores sugieren que, después de su origen en África, la calabaza llegó al Nuevo Mundo a través de la deriva atlántica y a Eurasia a través de los primeros agricultores humanos en el Holoceno.
El estudio no sólo es innovador porque desbloquea el pasado. También ofrece un recurso para futuras investigaciones y una herramienta práctica para la agricultura, especialmente en la era del cambio climático.
«No solo estamos reconstruyendo la historia de una planta; estamos mejorando nuestra comprensión de la genética y la evolución de las plantas, obteniendo conocimientos que podrían impulsar la seguridad alimentaria en un mundo cambiante», compartió Jingyin Yu, ex científico postdoctoral de BTI y coautor principal. de El estudio.
Además, la identificación del estudio de regiones genómicas asociadas con la resistencia a las enfermedades y la tolerancia al estrés es particularmente interesante. Sugiere vías potenciales para generar variedades más resilientes y productivas de calabazas y otros cultivos.
«El mapa de variación de la calabaza y el pangenoma que creamos proporcionan recursos valiosos para futuros estudios funcionales y reproducción asistida por genómica», añadió el profesor Zhangjun Fei, autor principal del estudio. «Descubrir el pasado de la calabaza podría ayudar a dar forma a su futuro».
La investigación subraya la importancia de comprender nuestro patrimonio agrícola mientras miramos hacia el desarrollo de sistemas alimentarios sostenibles y resilientes para el futuro.
«La historia de la calabaza es un testimonio de la resistencia de la planta y de su importancia duradera para la humanidad», señaló Fei. «Es una historia que continúa evolucionando y apenas estamos comenzando a comprender todas sus implicaciones».
Más información: Xuebo Zhao et al, Los análisis genómicos y pangenómicos brindan información sobre la historia de la población y la diversificación genómica de la calabaza de botella, New Phytologist (2024). DOI: 10.1111/nph.19673