¿Cómo mejorar la gestión de los cultivos en horticultura ecológica?


Barcelona, 10 de febrero de 2022. La siembra de cultivos dotados de servicios agroecológicos, es decir, con beneficios para el ecosistema global en las prácticas hortícolas, es una estrategia de contrastada eficacia para mejorar la sostenibilidad ambiental.


Ahora, un estudio internacional revela que el uso del roller crimper para crear una capa de residuos vegetales en la superficie de cultivocpne sin perturbar el suelo contribuye a mejorar el rendimiento de los cultivos agroecológicos, reduce el impacto ambiental y protege la biodiversidad en el medio natural. 

Publicado en la revista Journal of Applied Ecology, el artículo está coordinado por el catedrático Francesc Xavier Sans, jefe del Grupo de Investigación de Ecología de los Sistemas Agrícolas-Agroecología, miembro de la Facultad de Biología y director del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la UB. Este trabajo multidisciplinar analiza por primera vez el impacto agronómico, ecológico y ambiental de la incorporación de esta innovación tecnológica a la gestión de los sistemas hortícolas ecológicos europeos, a fin de hacer frente a los retos ambientales y agronómicos de la actividad agrícola y ofrecer propuestas innovadoras para el sector, así como para gestores y responsables políticos. 

El trabajo, cuyo primer autor es el experto David Navarro-Miró (UB-IRBio), revisa los resultados alcanzados por quince grupos de investigación en once experimentos desarrollados en sistemas hortícolas ecológicos en el marco del proyecto SoilVeg, financiado por el programa ERA-Net CORE Organic Plus de la Unión Europea. En este estudio de metaanálisis también destaca la contribución del profesor José Manuel Blanco Moreno (UB-IRBio) en la gestión de la base de datos y el análisis estadístico. 

La agricultura ecológica en el contexto europeo 

El actual modelo agroalimentario se basa en la producción agrícola y ganadera intensiva para responder a la creciente demanda de la población mundial. Este modelo de explotación de recursos ha degradado progresivamente el medio natural, lo que ha provocado pérdida de biodiversidad, deterioro de los hábitats, erosión de los suelos y contaminación de los ríos y aguas subterráneas por fertilizantes y agroquímicos. 

Para abordar esta problemática global, la Comisión Europea impulsó la Estrategia de la Biodiversidad 2030, el Pacto Verde Europeo y la Estrategia de la Bioeconomía, un modelo económico basado en el uso de los recursos biológicos renovables. Esta estrategia hace hincapié en la urgente necesidad de implementar acciones y estrategias basadas en la naturaleza y los servicios ecosistémicos para responder al reto de desarrollar modelos de producción sostenibles. 

«El progresivo aumento de la superficie agrícola gestionada según los principios de la agricultura ecológica es una estrategia que tiene como objetivo mejorar la calidad de los suelos y disminuir el impacto ambiental de la producción agrícola. Sin embargo, el aumento del mercado ecológico mundial ha creado un nuevo nicho rentable, que ha atraído la atención de actores que siguen el actual modelo agroalimentario convencional», detalla Francesc Xavier Sans, miembro del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la UB. 

«La llamada convencionalización de los sistemas agrícolas ecológicos —continúa—, que se basa en el uso intensivo de energía, la alta perturbación del suelo y la aplicación de productos externos a la explotación para fertilizar y proteger los cultivos, ha comportado la intensificación y especialización de la producción ecológica. Por eso, varios estudios han llegado a cuestionar sus beneficios ambientales y su viabilidad agronómica».  

Retos agronómicos y ambientales en la agricultura ecológica 

Los cultivos hortícolas son los que requieren mayor consumo de energía, aportación de agroquímicos y necesidades de riego para asegurar su rendimiento económico. Este modelo de gestión excesivamente intensiva ha provocado diversos problemas medioambientales debidos al elevado consumo de recursos no renovables y la lixiviación de nutrientes. Asimismo, ha ocasionado efectos nocivos en la salud por la presencia de residuos de pesticidas. 

El nuevo trabajo del Grupo de Investigación de Ecología de los Sistemas Agrícolas-Agroecología analiza los beneficios de aplicar la técnica del roller crimper en la agricultura ecológica para formar una densa capa de material vegetal muerto (acolchado) conectado al suelo por las raíces. 

«En comparación con otras estrategias —por ejemplo, el uso de los abonos verdes—, el roller crimper contribuye a mejorar la gestión de los cultivos —menos abundancia de flora arvense—, a la reducción del impacto ambiental —aumento de la energía potencialmente reciclable— y a la conservación de la biodiversidad —densidad más alta de actividad de taxones beneficiosos para regular plagas, como carábidos y estafilínidos», afirma David Navarro-Miró, miembro del grupo de investigación mencionado.  

Es imprescindible rediseñar los sistemas hortícolas ecológicos y evaluar su sostenibilidad teniendo en cuenta los indicadores agronómicos, ambientales y ecológicos de forma simultánea, apuntan los autores. Solo así será viable mejorar su funcionamiento y reducir los impactos ambientales y sociales que provocan. 

«Por ejemplo, la dependencia del laboreo para gestionar la flora arvense —el principal factor que limita la producción en los sistemas hortícolas ecológicos— afecta negativamente a la sostenibilidad de los cultivos. El laboreo se caracteriza por un consumo elevado de combustible, favorece la degradación de la materia orgánica y tiene un efecto negativo directo en los organismos del suelo que puede tener consecuencias en el control biológico de plagas y enfermedades. Sin embargo, la adopción de una gestión del suelo menos intensiva puede reducir el rendimiento y la calidad del cultivo comercial», destaca José Manuel Blanco Moreno. 

Potenciar cambios en la gestión de los sistemas agrícolas europeos 

Incorporar nuevas prácticas agroecológicas es un factor decisivo en este proceso para rediseñar agrosistemas. Por eso, para facilitar la toma de decisiones, es necesario que el sector agrícola disponga de buenos conocimientos científicos sobre las implicaciones agronómicas, ecológicas y ambientales de sus prácticas. En este contexto, la investigación multidisciplinar coordinada a escala europea se convierte en el primer paso para promover cambios en la gestión de los sistemas agrícolas. 

En este escenario de generación de nuevos conocimientos, «aún hay margen para mejorar la eficiencia del roller crimper desde el punto de vista agronómico y ambiental, así como para facilitar una mayor aceptación de esta técnica por parte del sector agrícola», concluye el equipo del Grupo de Investigación de Ecología de los Sistemas Agrícolas-Agroecología. 

Artículo de referencia: 

Navarro-Miró, D.; Blanco-Moreno, J. M.; Ciacia, C.; Testani, E.; Iocola, I.; Depalo, L.; Burgio, G.; Lakkenborg, H.; Hefner, M.; Tamm, K.; Bender, I.; Persiani, A.; Diacono, M.; Montemurro, F.; Willekens, K.; Védie, H.; Bavec, M.; Robačer, M.; Arloti, D.; Deltour, P.; De Neve, S.; Gebremikael, M. T.; Chamorro, L.; Caballero-López, B.; Pérez-Ferrer, A.; Canali, S.; Sans, F. X. «The concurrent assessment of agronomic, ecological, and environmental variables enables better choice of agroecological service crop termination management». Journal of Applied Ecology, febrero de 2022.