El descubrimiento del virus en los ácaros varroa mantiene la esperanza de mejorar la supervivencia de las abejas melíferas


Un virus que se encuentra en los ácaros varroa parásitos que atacan a las abejas melíferas puede convertirse en un aliado poco probable en la lucha contra otra enfermedad paralizante de las abejas, el virus del ala deformada (DWV).


por la Universidad Victoria de Wellington


El entomólogo Dr. Antoine Felden está estudiando cómo el virus descubierto recientemente en los ácaros varroa puede disminuir los efectos de DWV, que afecta la capacidad de las abejas para volar y conduce a su muerte prematura.

Los ácaros Varroa portan muchos virus , incluido el debilitante DWV, dice el Dr. Felden, investigador postdoctoral en el Centro para la Biodiversidad y la Ecología de la Restauración en Te Kura Mātauranga Koiora—Escuela de Ciencias Biológicas.

Recientemente descubrió una relación interesante, y aparentemente improbable, entre el DMV y otro virus, que cree que puede ser la clave para suprimir el DWV.

“Cuando hay altas cargas del virus varroa-destructor (VDV-2) en los ácaros varroa, los niveles de DWV son más bajos tanto en la varroa como en las abejas que parasitan”, dice el Dr. Felden.

Lo que todavía tiene que resolver es si son los altos niveles de VDV-2 los que causan las bajas cargas virales de DWV, o viceversa.

La relación entre el ácaro varroa y los dos virus es compleja, pero puede ser de vital importancia para comprender las pérdidas de colonias de abejas, dice.

Varroa y DWV son ahora las principales causas de la pérdida de colonias de abejas melíferas en Nueva Zelanda y en todo el mundo.

En invierno de 2021, la varroa fue responsable de la pérdida del 5,3% de las colonias de abejas, según estimaciones del Ministerio de Industrias Primarias. Eso es un aumento del 1,6% en 2017.

El Dr. Felden espera obtener fondos para continuar su trabajo sobre el vínculo entre los dos virus.

“Necesitamos observar la variación genética y las cargas de VDV-2 en la varroa para probar si las cargas virales de DWV están asociadas con variantes específicas de VDV-2. El trabajo preliminar sugiere que hay hasta ocho variantes en Nueva Zelanda”.

Trabajando con un equipo de científicos y estudiantes, el Dr. Felden planea “manipular” las cargas de VDV-2 en los ácaros varroa y examinar los efectos de flujo sobre las cargas virales de DWV tanto en los ácaros como en las abejas melíferas parasitadas.

“Al inyectar el virus VDV-2 en la varroa, podemos confirmar la asociación entre los dos virus y probar si las infecciones por VDV-2 en los ácaros pueden limitar la mortalidad asociada con el virus de las alas deformadas en las abejas”.

La investigación tiene el potencial de mejorar significativamente las perspectivas de las colonias de abejas melíferas y reducir la pérdida de colmenas.

El trabajo del grupo también tendrá implicaciones más amplias para la resiliencia de las abejas melíferas y para comprender las enfermedades emergentes y las amenazas para las abejas, dice el Dr. Felden.