Investigando el olor a ‘mofeta’ y otras emisiones causadas por la producción de cannabis


¿Qué causa exactamente ese olor a zorrillo emitido por las instalaciones de producción de cannabis y qué significan estas emisiones para la calidad del aire, los trabajadores y el público en general?


por la Universidad de Columbia Británica


Deberíamos abordar estas y otras brechas de conocimiento mientras la industria aún se está desarrollando, según un nuevo estudio dirigido por Davi de Ferreyro Monticelli, estudiante de doctorado en el departamento de ciencias terrestres, oceánicas y atmosféricas de la UBC. En esta sesión de preguntas y respuestas, analiza lo que falta en nuestro conocimiento sobre las emisiones de la producción de cannabis, sus impactos potenciales en las comunidades que viven cerca y cómo su olor se compara con otros olores.

¿Cómo se mide el olfato y por qué hacemos esto?

Una forma en que los científicos miden los olores es a través de análisis de ‘olfatometría dinámica’, donde las personas capturan una muestra de aire cerca de una fuente olorosa conocida y la llevan al laboratorio para que pueda ser olfateada por evaluadores capacitados. La muestra primero se diluye con aire limpio y luego se concentra más y más hasta que la mitad del panel de evaluación pueda olerla. Cuando esto sucede, el nivel de dilución se convierte en una concentración de olor . Esto se ha realizado para muchas industrias y operaciones, incluidas las instalaciones de cannabis, el tratamiento de desechos y aguas residuales y las operaciones ganaderas.

Encontramos en la literatura que una instalación que cultiva alrededor de 1700 plantas de cannabis puede emitir la misma concentración de olor que una operación ganadera con alrededor de 30 cerdos o alrededor de 1600 pollos. Así, aunque sus olores no sean los mismos, una planta de cannabis podría equivaler a una gallina en cuanto a la intensidad de los olores que produce.

Hasta la fecha, el olor a cannabis se ha relacionado con dos clases de sustancias químicas que son los terpenos y los compuestos sulfurosos volátiles, que son compuestos orgánicos volátiles. Sin embargo, no sabemos realmente qué tipo contribuye más a los olores, y una mejor comprensión ayudaría a la industria y a los legisladores a controlar las emisiones de olores de manera más efectiva.

¿Qué más no sabemos sobre las emisiones de las instalaciones de producción de cannabis?

Nuestra revisión crítica identificó 16 brechas principales que creemos que la comunidad científica, los reguladores y la industria deberían abordar. Comienzan con la medición de la calidad del aire dentro y alrededor de las instalaciones de cannabis. La mayoría de los productos químicos que se emiten reaccionan rápidamente en la atmósfera. Algunos de estos pueden influir en la formación de partículas ultrafinas y ozono a nivel del suelo, que son perjudiciales para las personas y el medio ambiente. Debido a la naturaleza cambiante de los químicos que se liberan cuando se cultiva cannabis, necesitamos usar instrumentos de muestreo en tiempo real que puedan capturar cambios en la composición del aire en períodos cortos para comprender adecuadamente el impacto de las instalaciones de cannabis en la calidad general del aire. .

Crear y mantener una base de datos de diferentes variedades de cannabis y sus emisiones mejorará la precisión de los inventarios de emisiones del cultivo de cannabis con el tiempo. Dichos inventarios brindan la información básica necesaria al comienzo de cualquier evaluación de la calidad del aire.

¿Por qué es importante que llenemos estos vacíos de conocimiento?

Esta es una industria relativamente nueva que está creciendo con el aumento de la legalización del cannabis en todo el mundo. Se necesitan prácticas efectivas de control de emisiones y políticas ambientales antes de que se arraiguen nuevas prácticas industriales, y abordar las brechas identificadas en nuestra revisión es un primer paso.

También miramos más allá de las regulaciones para pensar en medidas que podrían traer innovación o ventaja a la industria. Por ejemplo, algunos estudios afirman que al controlar variables ambientales como la temperatura, la humedad y las concentraciones de compuestos orgánicos volátiles, se puede aumentar el valor relativo del cultivo e incluso estandarizar el contenido químico de las flores de cannabis.