Germán Robaina G.
El estado de Monagas es uno de los veintitrés estados que conforman la República de Venezuela, y se encuentra localizado sobre la parte nororiental del país, con límites con el estado Delta Amacuro y el Océano Atlántico por la parte este, con el estado de Bolívar por la zona sur, con el estado Anzoátegui por el oeste y con el estado Sucre por la parte norte.
Maturín es su ciudad capital popularmente conocida como la Sultana de Guarapiche.
Con 28 900 km² es el noveno estado más extenso del país, y con más de 900.000 habitantes, es el noveno más poblado, con una población que es predominantemente urbana, pero que incluye etnias Warao y Kariña.
En el Estado predomina un clima tropical lluvioso con algunas variaciones locales que responden a factores como la altura, el viento y la cercanía con el mar. La mayor parte de su franja sur presenta un clima propio de las sabanas con estaciones de sequía que pueden prolongarse hasta por seis meses, lo que produce una fuerte escasez de agua. En otras zonas hacia el norte, en la franja que colinda con el estado Sucre, llueve la mayor parte del año y el período de sequía es muy corto.
La temperatura media anual del estado es de aproximadamente 27º C. Hacia su porción norte, en las zonas montañosas cercanas a los municipios Caripe y Acosta la temperatura media puede llegar a descender hasta los 21° C. En Maturín, Temblador y Uverito, ubicados en la porción media, se registran temperaturas entre 26° y 27° C, mientras que, hacia el sur, las temperaturas pueden variar y llegar hasta los 35° C en las zonas cercanas a los municipios Uracoa y Sotillo, este último colindante con el Río Orinoco.
La vegetación dominante al norte del estado es el bosque húmedo, como el que se encuentra en la zona montañosa del valle del Río San Juan y los municipios Acosta y Caripe. En estas zonas, es posible el cultivo de plantas templadas como fresas y rosas. Sin embargo, en las regiones llanas, hacia el sureste del estado, domina una vegetación de sabana intertropical, como los matorrales espinares, pastizales, cujíes y otras variedades que se han adaptado a las condiciones predominantes en el estado, tales como la Ceiba, jobo, pino caribe, jabillo y algarrobo. Otra variación de la vegetación presente en el estado puede encontrarse a lo largo de las riberas de los principales ríos, donde se han formado extensos bosques de mangles, palmas y morichales.
En el estado Monagas, existen numerosos ríos de poca profundidad que pueden ser agrupados en dos cuencas. La primera, la Cuenca del Río San Juan le recorre de norte a sur, y en ella destacan el río Guarapiche, que nace en la montaña y que junto a los ríos San Juan y Caripe se convierten en los principales abastecedores de agua de la región. El río Guanipa, que también pertenece a la Cuenca del Río San Juan, nace en las mesetas que se encuentran en el centro del estado y lo recorre de oeste a este, al igual que los ríos Tonoro, El Tigre, Tacata y Cariz.
Los ríos Amana y Punceres, nacen en el macizo del Turimiquire, provenientes del estado Anzoátegui y completan esta cuenca los ríos Colorado y Río de Oro.
La segunda vertiente se conoce como la Cuenca del Río Orinoco a la que pertenecen los ríos ubicados al extremo sur del estado Monagas como el Orinoco, Morichal Largo, Uracoa, el Caño Guarguapo y los Pozos de cuencas sencillas.
Esta red hídrica drena hacia el océano Atlántico, mientras que la cuenca del Río San Juan, lo hace directamente sobre el mar y la Cuenca del Río Orinoco, se divide en dos vertientes, una que drena hacia el Orinoco y otra hacia Delta Amacuro.
La disponibilidad promedio de agua del estado se encuentra alrededor de los 3.840 millones de m3, provenientes casi en su totalidad del valle del río Guarapiche, donde se encuentra el Embalse de El Guamo, el cual provee abundantes recursos hídricos, que son aprovechados para la construcción de un sistema de riego y la planificación de zonas de saneamiento para el control de las inundaciones.
La Presa El Guamo sobre el Río Guarapiche, con una capacidad de almacenaje de hasta 155 millones metros cúbicos de agua provenientes de los ríos Guarapiche, Colorado, Cocollar, Cerro Negro y otros y fue construido con la finalidad abastecer un sistema de Riego a más de 5.800 has, control de Inundaciones, y abastecimiento de agua, y la Presa Amana sobre el Río Amana.
Entre las áreas protegidas, destaca el parque nacional Cueva del Guácharo, creado para proteger el ecosistema que rodea a la Cueva del Guacharo, el Monumento Nacional Alejandro de Humboldt ubicado dentro del mismo parque El Guácharo, la Reserva Forestal de Guarapiche, que protege los bosques ubicados en la ribera de los ríos Guarapiche y San Juan.
El estado de Monagas se encuentra además caracterizado por sus riquezas petroleras, siendo quizá el territorio estatal con mayor número de yacimientos petroleros del país.
Suelen citarse como fortalezas del estado su excelente ubicación geográfica, sus ventajas comparativas, sus características agroecológicas, además sus recursos hidrocarburos, hídricos, forestales, humanos, así como su amplia variedad fisiográfica y climática, con abundante oferta de recursos naturales de gran atractivo turísticos, moderadas o pocas restricciones físico naturales para el asentamiento de población y desarrollo de proyectos, su abundante oferta de tierras con potencial para diversos sistemas de producción agropecuaria, alta disponibilidad de agua superficial y subterránea.
Gran parte del territorio del estado se desarrolla sobre la base de la actividad agropecuaria, donde se da una mayor estabilidad para la población a pesar de la insuficiencia de los servicios básicos, destacándose en la parte norte, oeste y sur de Monagas, con la agricultura vegetal en los primeros y ganadera en la última.
La agricultura y la ganadería extensiva se sustentan en el aprovechamiento de las características naturales, condiciones de humedad y vocación de las tierras. Sin embargo, la baja capacidad agrológica predominante sólo permite una ganadería extensiva dada por la concentración de la tenencia de la tierra, la baja calidad de los pastos naturales, debido a las condiciones climáticas y edáficas y el aspecto socioeconómico.
La producción del estado Monagas en el sector agrícola vegetal se basa en la explotación de más de 76.000 ha dedicadas al cultivo de cereales, granos leguminosos, textiles, oleaginosas, raíces, tubérculos, frutas, hortalizas, café, cacao, caña y tabaco, además de destacar el estado como el primer productor de soya del país; el segundo de palma aceitera; el tercer productor de mango, naranja y berenjena; el quinto de ocumo y café; el octavo productor de sorgo.
El subsector agrícola forestal ocupa una superficie de 448.400 ha, representando el 15,51% del estado, de la cual 372.800 ha están destinadas a las plantaciones forestales a gran escala (pino y eucaliptos), 70.000 ha de bosques naturales para aprovechamiento forestal regulado y 5.600 ha aprovechadas por bosque de manglar.
Mientras tanto, el sector agrícola animal se sustenta en la producción de bovinos, caprinos, bufalinos, pollos de engorde, gallinas de engorde, huevos de consumo y leche, destacando la muy baja relevancia del sector pesquero y menos aún, el sector acuícola, ninguno de los cuales hemos encontrado cita en ninguna de las propuestas de planes de ordenamiento o gobierno consultados. Las desaprovechadas potencialidades del estado Monagas en este último sector, llaman la atención y reclama el diseño de un Plan Estadal de Fomento Acuícola que promueva la explotación racional y responsable de tan importante recurso, desarrollando y privilegiando la producción piscícola interna, incluyendo en ello todos los productos y procesos involucrados desde la generación de semillas (alevines), la producción, transformación y comercialización de los productos finales obtenidos.
Con una población que se estima supera los 900.000 habitantes, y una captura pesquera de 1.732 tm para el 2021, para cubrir el consumo per cápita de biomasa Pesquera estimado por FAO para la región, el estado Monagas requiere generar no menos de 9.000 tm de biomasa pesquera al año, y para ello, solo actividades de piscicultura semi intensiva o intensiva aprovechando su innegable potencial lo pueden hacer posible.
El diseño y puesta en marcha de un Plan Piscícola Rector para la promoción, capacitación, asistencia y seguimiento oportuno que garantice la seguridad jurídica, minimice el floreciente proceso de intervención y expropiación de la propiedad agraria, los excesivos obstáculos y mecanismo de control impuestos en nombre la protección ambiental, minimice las fallas en el suministro de insumos, la obsolescencia de la tecnología utilizada y favorezca la asociatividad entre los productores acuícolas para minimizar riesgos y maximizar beneficios, seguramente traerán sustanciales beneficios al estado y sus pobladores.
Lograr el desarrollo sostenible de la actividad acuícola en el estado en todas y cada una de sus modalidades, coadyuvará a que sus habitantes puedan obtener un elevado y creciente nivel de vida, disponiendo de suficientes recursos alimentarios de origen pesquero, que además de generar crecimiento económico, permitirán mayor equidad social y a la preservación obligada del entorno ambiental, haciendo a la economía nacional más competitiva, participativa, humana y variada.
Sin embargo, para ello, se requiere atender temas que van desde el marco legal regulatorio, hasta la capacitación del personal y la dotación de la infraestructura requerida, para que el aparato productivo acuícola estadal alcance los más altos niveles de producción y productividad en un contexto que dé prioridad a la calidad y sostenibilidad, mediante el uso de las tecnologías más ambientalmente correctas en aquellas locaciones que minimicen riesgos y auguren los mayores éxitos posibles.
Identificar potenciales áreas y promover el desarrollo acuícola estadal, es tarea indispensable para el logro de estos objetivos, y en manos de sus gobernadores y alcaldes reposa esta responsabilidad.
Sin incluir las tierras altas del norte, casi 2.000.000 de hectáreas en donde el recurso hídrico es abundante, pueden ser utilizadas para el desarrollo acuícola, así como los más de 80 kilómetros de línea costera que posee con el Río Orinoco, ofreciéndole un enorme potencial acuícola para este noble estado.
Numerosas opciones existen, permítannos ayudarles.
Germán Robaina es colaborador destacado de Mundo Agropecuario
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