Coadyuvantes – a las malas hierbas, bioestimulantes – a los cultivos de invierno


Dos formas adicionales de administrar el campo lo ayudan a obtener la mejor cosecha


Los agrónomos, al igual que los meteorólogos, observan el clima durante todo el año para sacar conclusiones objetivas sobre las estrategias de protección de cultivos.

Por ejemplo, los inviernos rigurosos aumentan la acumulación de malezas y las hacen menos permeables a la acción de los herbicidas en la temporada siguiente. La estrategia defensiva de las malas hierbas es acumular la capa de cera sobre las hojas tanto como sea posible, como es el caso de la sequía. Cualquier fuerza mayor meteorológica, ya sean heladas o calor, es motivo para que las malas hierbas activen con toda su fuerza los mecanismos de defensa. Esta es la razón por la cual el monitoreo del clima es tan importante. En el caso de condiciones ambientales adecuadas que desencadenen la resistencia de las malas hierbas, se deben incluir adyuvantes en la mezcla de herbicidas.

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Los productos adyuvantes considerados “premium”, que incluyen aceite de soja metilado, aceites minerales y surfactantes, ayudan a que los herbicidas funcionen. La combinación de sustancias en coadyuvantes facilita la entrada del herbicida en la planta debido a la mayor solubilidad de la cera cuticular. El surfactante ayuda a reducir la tensión superficial para que la gota no rebote, corra o ruede. El adyuvante también participa en la expansión de la gota cuando entra en contacto con la superficie de la planta. Esto es muy importante para que el herbicida no se quede en un punto, sino que se extienda por un área mayor, aumentando los puntos de contacto y la posibilidad de un control efectivo. Además, cuando se combina con un adyuvante, el herbicida tiene una ventaja inicial para penetrar el tejido vegetal”, aconseja el agrónomo Mariano Luna de Rizobacter,

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Si existe un riesgo de alta infestación, las diferentes especies de malezas presentes en el sitio deben reconocerse con precisión y que “la elección del herbicida residual a aplicar debe tener en cuenta no solo las especies presentes en el banco de semillas del suelo, sino también que el cultivo será el próximo en crecer, para evitar problemas de fitotoxicidad, – recuerda el especialista. – Asimismo, debe prestarse especial atención a la historia herbicida del campo para alternar modos de acción para reducir la presión de selección de biotipos resistentes. En una estrategia de gestión integrada, puede planificar elegir una fecha de siembra (temprana o tardía, según la especie de maleza predominante) o sembrar los cultivos más competitivos (espacio entre hileras más estrecho, mayor densidad de siembra, etc.)”.

El invierno es el momento de pensar en bioestimulantes vegetales. Si bien las personas sufren enfermedades respiratorias en invierno debido a las condiciones climáticas, es en este momento cuando los agentes causantes del manchado y la roya comienzan a desarrollarse en los cultivos de invierno. En este sentido, las pruebas realizadas por Rizobacter demuestran que el uso de bioestimulantes junto con el uso de fungicidas aumenta la eficacia de la lucha contra los hongos patógenos.

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Se han realizado estudios con el producto tanto en forma líquida para el tratamiento de semillas como en forma soluble para aplicación foliar.

En el laboratorio, la empresa analizó la respuesta de plantas de trigo y cebada inoculadas con enfermedades a cuatro tratamientos diferentes: fungicida solo, fungicida más pretratamiento de semillas, fungicida más bioestimulante foliar, fungicida más tratamiento de semillas y tratamiento foliar.

Según los resultados, el bioestimulante en todos los casos incrementó la producción de protección frente al patógeno. El tratamiento de semillas ya puede mejorar el saneamiento, pero la combinación de un bioestimulante con un fungicida se ha convertido en una fuerza sorprendente contra las enfermedades al mejorar la acción de este último, dice la compañía. El año pasado se probaron tratamientos dobles en campo (bioestimulante más fungicida) – en dos etapas con un aumento del rendimiento hasta 590 kg/ha, es decir, más del 10%.